jueves, 23 de febrero de 2017

Pero al menos tenemos patatas... 23F desde pueblos sorianos

La noticia del golpe de estado del teniente coronel Tejero llegó a todos los rincones de España, incluido a mi pequeño pueblo Boós. Según me han contado mis abuelos, ellos se enteraron de este momento histórico gracias a Leo, un vecino del pueblo mientras estaban terminando de cavar el huerto al final de la tarde: -“¿No os habéis enterado de la que se ha preparado  en el Congreso? ¡Dicen que se han liado a tiros los militares, buena nos está otra vez…!”.En ese momento subieron a casa para enterarse mejor de lo que había sucedido gracias a la pequeña tele en blanco y negro que recientemente habían comprado. Les impresionaron un poco las imágenes y los disparos que hubo, pero me manifestaron que no tenían miedo, ya que vivían ese hecho como algo un poco lejano pues se encontraban en un pequeño pueblo soriano. Sí que llegaron a comentar con los vecinos en pequeñas reuniones este momento y el siguiente discurso del rey, al que según ellos,  le debemos que fuera un golpe de estado  fallido, pues los grandes mandos  militares fueron leales al rey. En sus palabras vislumbré que si la situación hubiera devenido en una nueva dictadura la hubieran aceptado con resignación. La triste resignación del que ha sufrido en sus carnes tiempos peores como los  de guerra civil y la escasez de la posguerra. –“¡Que le íbamos a hacer al menos teníamos patatas, huevos, y habíamos matado el cochino, hambre no íbamos a pasar ¡”. A mi modo de ver triste consuelo el que buscaban cuando peligraba la tan ansiada democracia en libertad…

El rey dando su discurso

"Quieto todo el mundo"


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