Pero al menos tenemos patatas... 23F desde pueblos sorianos
La noticia del golpe de estado
del teniente coronel Tejero llegó a todos los rincones de España, incluido a mi pequeño
pueblo Boós. Según me han contado mis abuelos, ellos se enteraron de este
momento histórico gracias a Leo, un vecino del pueblo mientras estaban terminando
de cavar el huerto al final de la tarde: -“¿No
os habéis enterado de la que se ha preparado
en el Congreso? ¡Dicen que se han liado a tiros los militares, buena nos
está otra vez…!”.En ese momento subieron a casa para enterarse mejor de lo
que había sucedido gracias a la pequeña tele en blanco y negro que
recientemente habían comprado. Les impresionaron un poco las imágenes y los
disparos que hubo, pero me manifestaron que no tenían miedo, ya que vivían ese
hecho como algo un poco lejano pues se encontraban en un pequeño pueblo
soriano. Sí que llegaron a comentar con los vecinos en pequeñas reuniones este
momento y el siguiente discurso del rey, al que según ellos, le debemos que fuera un golpe de estado fallido, pues los grandes mandos militares fueron leales al rey. En sus
palabras vislumbré que si la situación hubiera devenido en una nueva dictadura
la hubieran aceptado con resignación. La triste resignación del que ha sufrido
en sus carnes tiempos peores como los de
guerra civil y la escasez de la posguerra. –“¡Que le íbamos a hacer al menos teníamos patatas, huevos, y habíamos
matado el cochino, hambre no íbamos a pasar ¡”. A mi modo de ver triste
consuelo el que buscaban cuando peligraba la tan ansiada democracia en
libertad…
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