En cuanto comprendió lo que ocurría, inmediatamente avisó a los demás que se encontraban más cercanos. -"¡Escuchad! que se está produciendo un golpe de estado en el Congreso!, he escuchado disparos por la radio", alertó. Tras escucharlo mi padre y más compañeros igual o más jóvenes, se dispusieron a reírse y a dar ni la más mínima importancia ya que tampoco comprendían que podría significar.
Pero las personas de más avanzada edad que se encontraban en el trabajo, indudablemente por sus experiencias durante el régimen franquista advirtieron: -"¡Dejad de reíros, lo que está sucediendo en el Congreso, puede ser más serio de lo que a vosotros os parece y no es ninguna tontería! ¡Dios mio vaya catástrofe! Silencio! Escuchad que dice la radio!".
Cuando comprendieron que todo lo que sucedía, no era ninguna broma hubo mucho silencio.
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