martes, 25 de abril de 2017

LAS CÉLEBRES ÓRDENES DE LA NOCHE, ANSELM KIEFER

Anselm Kiefer (Alemania) creció viendo las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y la división de su patria. Estudió mitología e historia alemana y su incidencia en el auge del fascismo. En uno de sus primeros proyectos, Kiefer se fotografió a sí mismo realizando el saludo nazi en varios lugares durante un viaje por Suiza, Francia e Italia. Las pinturas posteriores (paisajes inmensos e interiores arquitectónicos, a los que solía aplicar arena y paja) evocan el patrimonio político y literario de Alemania; abundan las referencias a los Nibelungos y a Richard Wagner, a la arquitectura de Albert Speer y a Adolf Hitler. Después, a principios de los noventa, Kiefer amplió su iconografía para abordar temas más universales como la civilización, la cultura y la espiritualidad.

En 1995, Kiefer comenzó a reincorporar la figura humana a su obra. En varias obras que realizó entre 1995 y 1996, se le ve tumbado en el suelo como si fuera un cadáver. En Las célebres órdenes de la noche (Die berühmten Orden der Nacht, 1997), Kiefer también se pinta a si mismo como una figura solitaria yacente sobre un suelo resquebrajado bajo el inmenso manto de las estrellas. A Kiefer le fascina el firmamento nocturno, por esto, he elegido este cuadro, porque no es abstracto. Me pareció de los pocos que a primera vista te decían algo. Al mirarlo, podías entender lo que quería decir el cuadro y lo que representa, cosa que con otros en los que solo salen colores sin representar formas cuesta mas.


Las célebres órdenes de la noche.