Un cuadro que me llamó la atención en la visita que realizamos al museo Guggenheim fue Fontaine des Lices, pintado en 1895 por Paul Signac que nació en Francia en 1863, lugar donde acabaría muriendo en 1975. Fue un neoimpresionista francés famoso por su técnica puntillista.
Se trata de un cuadro con el que el artista trataba de transmitir emociones, sensaciones y cambios en la psique del observador. Está hecho con pinceladas nítidas y cortas y caracterizada por el uso de colores puros para que el ojo del espectador fuera el que mezclara los tonos. El autor tenía un interés científico por la pintura, por lo que creó una estética basada en puntos en lugar de pinceladas, como se puede apreciar en dicho cuadro.
Lo he elegido porque la diversidad de colores vivos me transmite paz, alegría y tranquilidad, factores que intentaba transmitir el autor.
Alba Romera
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