lunes, 10 de abril de 2017

LAS CÉLEBRES ÓRDENES DE LA NOCHE

Durante mi visita al museo Guggenheim, en Bilbao, escogí este cuadro de Anselm Kiefer llamado Las Célebres Órdenes de la Noche (1997). Su autor alemán creció viendo las repercusiones de una guerra moderna y la división de su patria, así como su posterior reconstrucción y lucha por la renovación. Por lo tanto esta obra es neoexpresista y pertenece al arte postmoderno surgido en los 80. Fue realizada con acrílico y posee emulsiones sobre el lienzo que mide 514 x 503 x 8 cm, en él se ve al propio Kiefer (autorretrato) como una figura solitaria que yace sobre un suelo reseco y resquebrajado, bajo un gran cielo estrellado. Al artista le encantaba el firmamento por todas las diferentes interpretaciones que se le habían atribuido a lo largo de la historia, pues el cielo representaba nuestros orígenes y nuestro destino. Para él era un símbolo de espiritualidad, según decía "consiste en conectar con un conocimiento más antiguo e intentar descubrir una continuidad en las razones por las que buscamos el cielo. El cielo es una idea, una parte de [...] un conocimiento antiguo"
He escogido esta obra porque al entrar en la sala donde estaba expuesta fue la que más me llamó la atención, primeramente por su tamaño, después por el inmenso cielo estrellado que abarca la mayoría del lienzo y por último por el relieve que posee. Además me gusta la postura del cuerpo, pues parece que  está inmerso en el firmamento y me causa paz al estar solo, rodeado de tantas estrellas, me imagino un escenario completamente tranquilo y en silencio. 


  • Beatriz Soria Da Trindade.


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