lunes, 28 de noviembre de 2016

¡Lecheras llenas de grises!



Mi padre tenía por aquel entonces 11 años, vivía en un barrio obrero en Valladolid y recuerda la época de la muerte de Franco y los meses en torno a la misma como una serie de acontecimientos- bastante dispersos a causa de su edad- que realmente le impactaron.
Antes de morir Franco,  la gente era consciente de que algo iba a ocurrir, estaban alterados en el barrio por las huelgas de FASA Renault, etc. e incluso en televisión hubo gente que se ofrecía a donarle sus propios órganos para su recuperación.
El día que murió Franco, mi padre se había levantado pronto para estudiar ya que tenía un examen y cuando llegó a la escuela y vio que estaba cerrada, le comunicaron lo que había ocurrido.
Ese día y los que siguieron, las calles de su barrio eran inseguras. Todos los días llegaban montones de furgonetas antidisturbios (llamadas entonces “lecheras”), llenas de policías a quienes llamaban “los grises”. Estos se organizaban de forma militar y disolvían a los trabajadores lanzando botes de humo y pelotas de goma.
Los hermanos mayores de mi padre, todos los días volvían a casa alterados porque los grises habían estrado en las facultades a disolver y disuadir las asambleas estudiantiles que aunque en numerosas ocasiones no se llevaban a cabo, la policía arremetía contra los estudiantes de igual manera.
Pero quizá lo que más impactó a mi padre fue el día en que volvía de jugar al fútbol cuando de repente el autobús tuvo que parar por la gente que se agolpaba alrededor  y fue entonces cuando vio que grupos de extrema derecha (Fuerza Nueva y Falangistas) que “se comportaban como salvajes” repartían golpes brutales a cualquiera que pasara por las calles del centro de Valladolid. Realmente mi padre no llegaba a entender lo que estaba ocurriendo. Al cabo de los años lo comprendió.

domingo, 27 de noviembre de 2016

OTOÑO DEL 75 .

La represión del régimen franquista no fue igual en toda España, y mas en los últimos años de Franco. Una de las zonas donde más dura fue la represión del régimen fue en las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya ,justamente en el pueblo de Tolosa (Guipúzcoa) se encontraba mi padre con la misma edad que yo estudiando y residiendo en régimen de pensión en una familia particular. 
Allí su forma de vida no era distinta a la de cualquier otra persona que vivía en un pueblo castellano, vió por primera vez lo que era una huelga general; todos los comercios y empresas cerradas,y en la calle solamente guardias civiles y los famosos "grises" armados.Era cotidiano ver gente detenida por apoyar la lucha obrera, por tener propaganda que era ilegal en forma de boletines (ya que ninguna prensa decía la verdad) o simplemente por hablar mal del Generalisimo. En todas partes existían servicios de información del régimen que se dedicaban a escuchar o espiar comentarios en los bares o en cualquier otro lugar con el fin de denunciar a esta gente al cuerpo policial. En las manifestaciones , en el paseo San Francisco,(como aquí el espolón) siempre se encontraban dos grupos diferenciados, por un lado multitud de gente de todas las edades y condiciones que salían a la calle a manifestarse, y por el otro la guardia civil y la policía fuertemente armados . Siempre en todas estas cuando daban el toque de ¡¡carga!! ,se empezaba a disolver la manifestación debido a que la policía se enfrentaba a los manifestantes con botes de humo y hasta con pelotas de goma con lo que solo quedaban allí los más "radicales". Hasta el punto que en la parte vieja de Tolosa,los vecinos dejaban en sus portales, calderos con agua y toallas para echarse en los ojos para aliviar la irritación de los mismo  producida por los botes de humo. Estas situaciones se daban muy a menudo, semana si ,semana no . La mas gorda que recuerda mi padre fue en el Diciembre del 74 , debido a la cual al año siguiente se aplicó el estado de excepción en las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya , a diferencia del resto de España;la policía podía acceder a los domicilios particulares sin ningún permiso y llevarte detenido y retenerte todo el tiempo que ellos quisieran,sin limite de tiempo ,normalmente en el Gobierno Civil de San Sebastián.




El 20 de Noviembre de 1975, día en el que el general Franco murió, mi padre lo recuerda como un día singular. Siendo por  la mañana un día como otro cualquiera, pero al llegar la media tarde,vió como muchos coches de la guardia civil tenían mas movimiento de lo normal. Cuando anocheció la gente empezó a manifestarse en el puente del Rio Urumea, como siempre, botes de humo, pelotas de goma y hasta tiros, los cuales oyó desde casa ya que vivía cerca .También recuerda que habló con el padre de la familia con la cual vivía y este se pasó toda la noche pegado al televisor y a la radio escuchando noticias,y partes informativos con una gran alegría ,esperando el desenlace.
Al día siguiente cuando fueron a clase y vieron que estaba cerrado con una papel de información en la puerta de la escuela que ponía "Franco ha muerto, las clases quedan suspendidas" solo se oían comentarios de la gran fiesta que habían tenido la gente la noche pasada tras conocer la noticia . Todo este clima de represión policial a estos niveles, consecuencia de la lucha obrera de la población, continuó a pesar de que se abrió una puerta de esperanza con el fallecimiento del Dictador.




miércoles, 23 de noviembre de 2016

Mi madre apenas tenía 5 años cuando murió Franco. Desde su mente de niña recuerda que fue un día especial porque no hubo colegio, pero se daba cuenta de que no era un día festivo al uso. En el ambiente detectaba miedo e incertidumbre, en la televisión se hablaba de la muerte de un señor que debía de ser muy importante. Cuando volvió al colegio, las monjas seguían hablando del tema como si de la muerte de un "santo" se tratara. Pero en casa pasados unos días se respiró tranquilidad y alivio , se avecinaban cambios importantísimos para nuestro país, se abrió paso a una época de retorno de las libertades. Pasados unos años fue cuando comprendió la famosa frase: "Si Franco levantara la cabeza..."

domingo, 20 de noviembre de 2016

20N "Españoles, Franco ha muerto"

Hace 41 años, un 20 de noviembre de 1975 de apariencia normal se transformó en una fecha recordada por los españoles, para bien o para mal, y que marcó un antes y un después en nuestra historia.
Pero..¿cómo vivió España este día?
Al confirmar Carlos Arias la muerte de Franco cayeron sobre España sentimientos contrarios. Por un lado alegría y felicidad por su muerte, por el posible final de la dictadura, y por la suspensión de las clases durante una semana para todos los estudiantes (mis padres entre ellos; los cuales solo tenían 10 años y a pesar de ver pegatinas por la calle anunciando la noticia y las numerosas marchas militares que en esos momentos solo emitían en la televisión no le dieron mayor importancia y se limitaron a disfrutar de la semana libre de escuela). Pero también se podía sentir miedo y preocupación por lo que vendría después, si comenzaría la tan ansiada democracia, si seguirían con el mismo modelo de gobierno o si habría revueltas por el control del poder; mis abuelos entraban en este grupo puesto que cuando se enteraron de su muerte reaccionaron con miedo al futuro y preocupación por los conflictos que pudieran surgir.

Con este cúmulo de sensaciones se despertó España 4 días más, hasta la proclamación del rey Juan Carlos I, iniciando así la Transición Española y más tarde nuestro actual modelo político: la democracia.
Yo no viví ese momento histórico pero he recabado el testimonio de mi padre, el cual dice:

En aquel noviembre de 1975, me encontraba cursando 1º de BUP en el Instituto Antonio Machado de Soria, el cambio de la EGB a nuestra nueva situación hacia que tuviéramos nuevas inquietudes no sólo en el ámbito educativo, sino que también tomábamos conciencia de la situación social del país.
Por ello y ante la enfermedad del entonces Jefe de Estado, como todo el mundo convivíamos a diario con los famosos “partes médicos sobre el estado de salud” que nos alargaban el inevitable desenlace. En esa mañana, como en otras anteriores, acostumbraba a escuchar las noticias por radio, y esta mañana la noticia estrella era la del deceso del dictador, por ello al bajar al centro, lo hice sin libros, como la casi totalidad de compañeros, intuyendo que las clases se suspenderían, como así fue.

La vida en general, no tuvo más alteraciones que las producidas  por la invasión de noticias y reportajes en prensa escrita, radio y televisión, con los protocolarios actos en tales acontecimientos. La gente debía de seguir trabajando para ganar su sustento, y eso sí subyacía   en el ambiente una nueva esperanza e ilusión por los cambios que se podían producir, pero contenida, quizás por la falta de libertad del pueblo a expresarse libremente hasta entonces.

20N EN TIERRAS ALTAS

Mi familia, que en el año 1975 vivía en un pequeño pueblo de la comarca de Tierras Altas me contó, que para ellos, el día de la muerte de Franco (un día tal como hoy hace 41 años) no fue nada especial (excepto para mi madre que recibió una semana de vacaciones en el colegio). Mis abuelos estaban realizando la matanza del cerdo para almacenar provisiones como todos los años por esas fechas cuando, en la televisión de una de las vecinas vieron la noticia en la única cadena que en ese momento se podía disfrutar en el pueblo y escucharon esas palabras de Carlos Arias Navarro que han quedado grabadas en la mente de todos: "Españoles... Franco ha muerto". 

Para ellos este momento, supuso el fin de las opresiones que recibían por parte de las autoridades religiosas y civiles que pese a haberse reducido en los últimos años de la dictadura seguían presentes y les impedían trabajar en el campo y expresarse con libertad. 

Carlos Arias Navarro anunciando la muerte de Franco

41 años atrás

Franco llevaba muriéndose desde principios del curso 1975-1976, pero ya llevabamos dos meses en el internado de Carrión de los Condes (Palencia) y la vida continuaba con el dictador ingresado en el Hospital de la Paz (Madrid). El Equipo médico informaba diariamente del estado del paciente.  La situacción parecia  estable, en toda España  la población rezaba por él, o eso dean. Hoy sabemos que había tantos españoles rezando por su vida, como los que esperaban con ansiedad su muerte para celebrarlo con champagne.
En el internado la vida continuaba con normalidad, clases, deporte escolar en los campos de fútbol de tierra, misas y rosarios, recreos llenos de vida, etc. La vida seguía, las clases de Matemáticas con D. Vicente; D. Ricardo y D. José María nos hablaban de Geografia e Historia y nos abrían el mundo en aquellas clases con filminas con las que nos relataban sus viajes. Había ansiedad por los pasillos y un rumor, "cuando muera Franco nos darán unos días de vacaciones". Sin embargo, recordábamos la muerte del anterior presidente del Gobierno, Carrero Blanco,  después de un atentado de ETA, y nuestra vida continuó en el internado con normalidad.
Don Cecilio Laso era nuestro profesor de Francés y mientras nos enseñaba el idioma del país vecino, y entre cigarro y cigarro de celtas sin emboquillar, nos introducía en la cabalística de los números. Don Cecilio desde principio de curso nos había anunciado que el dictador moriría el 19 de noviembre de 1975. En sus cábalas sumaba principio y final de la guerra civil y daba como resultado, 19 de noviembre de 1975. Así era si sumabamos:
   18 - 07 - 36
+ 01 - 04 - 39 
---------------------- 
   19 - 11 - 75
Con sus cábalas D. Cecilio nos animó aquel primer trimestre y como si de una lotería se tratara, veíamos como día tras día Franco superaba numerosas crisis, hasta llegar al ansiado 19 de noviembre. Ese día nos acostamos con la incertidumbre,  si de las 22:00  a las 24:00 horas, el dictador moriría. Fue a la mañana siguiente, cuando nos anunciaron que Franco había fallecido, sólamente unas horas después de lo pronosticado por D. Cecilio. Los responsables del internado nos reunieron para comunicarnos que el "Caudillo" había fallecido y que por consiguiente nos daban unos días de vacaciones, creo que alrededor de una semana. Todavía hoy, sigo sin entender aquella semana de vacaciones.
   
Cuando llegamos a nuestros lugares de destino, nos encontramos con un pueblo lleno de incertidumbre y pesimismo: Franco ha muerto. En general se podía decir que había mucho miedo a lo que vendría, como si el sostén del mundo hubiera desaparecido. Por fortuna nosotros no creíamos lo mismo y aprovechamos muy bien esos días en el pueblo, fueron unas vacaciones en toda regla, pero en noviembre. La televisión era un tostón,  con marchas militares y gente haciendo unas largísimas colas para ver a Franco de cuerpo presente, pero en la calle estabamos todos del pueblo.
El nuevo régimen aprovechó la infraestructura del anterior para organizar una visita a Madrid con el objeto de "apoyar" la coronación del rey, era el 27 de noviembre. De tal forma que la mayor parte de la gente que había acudido el 2 de octubre a la Plaza de Oriente a apoyar  al Caudillo, acudía ahora para apoyar al nuevo rey, al que muy pronto apodarían con el nombre de Juan Carlos I "el breve".
En realidad se trababa de un viaje gratis a Madrid, así que fuimos muchos los que, con nuestos padres aprovechamos aquellla oferta. Los autobuses nos dejaron en la Casa de Campo y desde allí nos dirigimos a pie al centro de Madrid. Madrid era una fiesta, pero no vimos al nuevo rey. Sin embargo, los que se quedaron en sus casas pudieron ver como Radio Televisión Española realizaba una de las primeras emisiones en color, diferenciando lo que había hecho días antes en el funeral de Franco, que se había emitido en blanco y negro.
La Iglesia también tomaba posiciones, pues el funeral del dictador fue oficiado por el Cardenal Primado de España, de clara significación conservadora aunque independiente del régimen, D. Marcelo González, mientras que la misa de Consagración de la Corona fue oficiada por el Cardenal de Madrid-Alcala, D. Vicente Enrique y Tarancón, de claro ascendente aperturista. Una nueva España estaba naciendo.
En este enlace podéis leer la homilia del Cardenal Vicente Enrique y Tarancón en el Acto de consagración de la Corona en la Iglesia de San Jerónimo el Real en Madrid. 
Por último, en los útimos años se han extendido muchos rumores sobre el momento exacto de la muerte de Franco. Para muchos murió el 19, pero interesó hacer público que había sido el 20, para hacer coincidir la fecha con la de la ejecución de José Antonio Primo de Rivera.
Luis C. Pastor 

sábado, 19 de noviembre de 2016

En el caso de mí familia la muerte de Franco se vio desde dos puntos de vista. Por un lado, una parte de mi familia estaba tremendamente feliz por la muerte del dictador y porque creían que era posible la llegada de una democracia y, por tanto, el fin de la opresión. Sin embargo, otra parte de mi familia tenía miedo a que ocurriría tras su muerte, si llegaría la ansiada democracia o que un sucesor continuase con la opresión característica de la España fascista y, como consecuencia, desencadenara otra guerra civil.
De modo que se dieron dos dos puntos de vista opuestos, sin embargo, todos coinciden en que la llegada de la democracia tras su muerte supuso una gran mejoría en España en todos los sentidos y consideran que la democracia, a pesar de algunos fallos, fue el mejor cambio que ha habido en el país.

Así que, el día de la muerte de Franco fue un día de alegrías y miedos, pero ese día nos ha permitido llegar a la democracia en la que nos encontramos actualmente.