sábado, 19 de noviembre de 2016

En el caso de mí familia la muerte de Franco se vio desde dos puntos de vista. Por un lado, una parte de mi familia estaba tremendamente feliz por la muerte del dictador y porque creían que era posible la llegada de una democracia y, por tanto, el fin de la opresión. Sin embargo, otra parte de mi familia tenía miedo a que ocurriría tras su muerte, si llegaría la ansiada democracia o que un sucesor continuase con la opresión característica de la España fascista y, como consecuencia, desencadenara otra guerra civil.
De modo que se dieron dos dos puntos de vista opuestos, sin embargo, todos coinciden en que la llegada de la democracia tras su muerte supuso una gran mejoría en España en todos los sentidos y consideran que la democracia, a pesar de algunos fallos, fue el mejor cambio que ha habido en el país.

Así que, el día de la muerte de Franco fue un día de alegrías y miedos, pero ese día nos ha permitido llegar a la democracia en la que nos encontramos actualmente.

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