domingo, 20 de noviembre de 2016

41 años atrás

Franco llevaba muriéndose desde principios del curso 1975-1976, pero ya llevabamos dos meses en el internado de Carrión de los Condes (Palencia) y la vida continuaba con el dictador ingresado en el Hospital de la Paz (Madrid). El Equipo médico informaba diariamente del estado del paciente.  La situacción parecia  estable, en toda España  la población rezaba por él, o eso dean. Hoy sabemos que había tantos españoles rezando por su vida, como los que esperaban con ansiedad su muerte para celebrarlo con champagne.
En el internado la vida continuaba con normalidad, clases, deporte escolar en los campos de fútbol de tierra, misas y rosarios, recreos llenos de vida, etc. La vida seguía, las clases de Matemáticas con D. Vicente; D. Ricardo y D. José María nos hablaban de Geografia e Historia y nos abrían el mundo en aquellas clases con filminas con las que nos relataban sus viajes. Había ansiedad por los pasillos y un rumor, "cuando muera Franco nos darán unos días de vacaciones". Sin embargo, recordábamos la muerte del anterior presidente del Gobierno, Carrero Blanco,  después de un atentado de ETA, y nuestra vida continuó en el internado con normalidad.
Don Cecilio Laso era nuestro profesor de Francés y mientras nos enseñaba el idioma del país vecino, y entre cigarro y cigarro de celtas sin emboquillar, nos introducía en la cabalística de los números. Don Cecilio desde principio de curso nos había anunciado que el dictador moriría el 19 de noviembre de 1975. En sus cábalas sumaba principio y final de la guerra civil y daba como resultado, 19 de noviembre de 1975. Así era si sumabamos:
   18 - 07 - 36
+ 01 - 04 - 39 
---------------------- 
   19 - 11 - 75
Con sus cábalas D. Cecilio nos animó aquel primer trimestre y como si de una lotería se tratara, veíamos como día tras día Franco superaba numerosas crisis, hasta llegar al ansiado 19 de noviembre. Ese día nos acostamos con la incertidumbre,  si de las 22:00  a las 24:00 horas, el dictador moriría. Fue a la mañana siguiente, cuando nos anunciaron que Franco había fallecido, sólamente unas horas después de lo pronosticado por D. Cecilio. Los responsables del internado nos reunieron para comunicarnos que el "Caudillo" había fallecido y que por consiguiente nos daban unos días de vacaciones, creo que alrededor de una semana. Todavía hoy, sigo sin entender aquella semana de vacaciones.
   
Cuando llegamos a nuestros lugares de destino, nos encontramos con un pueblo lleno de incertidumbre y pesimismo: Franco ha muerto. En general se podía decir que había mucho miedo a lo que vendría, como si el sostén del mundo hubiera desaparecido. Por fortuna nosotros no creíamos lo mismo y aprovechamos muy bien esos días en el pueblo, fueron unas vacaciones en toda regla, pero en noviembre. La televisión era un tostón,  con marchas militares y gente haciendo unas largísimas colas para ver a Franco de cuerpo presente, pero en la calle estabamos todos del pueblo.
El nuevo régimen aprovechó la infraestructura del anterior para organizar una visita a Madrid con el objeto de "apoyar" la coronación del rey, era el 27 de noviembre. De tal forma que la mayor parte de la gente que había acudido el 2 de octubre a la Plaza de Oriente a apoyar  al Caudillo, acudía ahora para apoyar al nuevo rey, al que muy pronto apodarían con el nombre de Juan Carlos I "el breve".
En realidad se trababa de un viaje gratis a Madrid, así que fuimos muchos los que, con nuestos padres aprovechamos aquellla oferta. Los autobuses nos dejaron en la Casa de Campo y desde allí nos dirigimos a pie al centro de Madrid. Madrid era una fiesta, pero no vimos al nuevo rey. Sin embargo, los que se quedaron en sus casas pudieron ver como Radio Televisión Española realizaba una de las primeras emisiones en color, diferenciando lo que había hecho días antes en el funeral de Franco, que se había emitido en blanco y negro.
La Iglesia también tomaba posiciones, pues el funeral del dictador fue oficiado por el Cardenal Primado de España, de clara significación conservadora aunque independiente del régimen, D. Marcelo González, mientras que la misa de Consagración de la Corona fue oficiada por el Cardenal de Madrid-Alcala, D. Vicente Enrique y Tarancón, de claro ascendente aperturista. Una nueva España estaba naciendo.
En este enlace podéis leer la homilia del Cardenal Vicente Enrique y Tarancón en el Acto de consagración de la Corona en la Iglesia de San Jerónimo el Real en Madrid. 
Por último, en los útimos años se han extendido muchos rumores sobre el momento exacto de la muerte de Franco. Para muchos murió el 19, pero interesó hacer público que había sido el 20, para hacer coincidir la fecha con la de la ejecución de José Antonio Primo de Rivera.
Luis C. Pastor 

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