Preguntando en casa acerca del 23 de febrero de 1981, mi padre me ha contado como se vivió en la suya. Me ha explicado que él no se enteró de que había habido un golpe de estado, fue su hermano mayor, alterado por lo que volviera a ocurrir en España con una dictadura, quien les informó de la
noticia. Mi padre y sus dos hermanos mayores se pasaron toda la noche pegados a una vieja radio de válvulas que uno de ellos había reparado anteriormente intentando captar alguna emisora que informase de los sucesos. Les fue muy difícil encontrar una emisora española, ya que casi todas fueron vetadas temporalmente.
Tan solo pudieron seguir la cadena ser. Así mismo, lo intentaron con emisoras francesas e inglesas como la BBC, aunque con su poco nivel de idiomas no consiguieron enterarse de mucho. Mi padre cuenta que sobre la una de la mañana, el rey salió en la tele pidiendo la retirada de las armas. Al día siguiente todo se supo, los nervios se calmaron cuando por la televisón se vieron a los rehenes del congreso que estaban votando la investidura para la presidencia del gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo saliendo por las ventanas, y se vieron las primeras imágenes del día anterior. Mi padre recuerda como Gutiérrez Mellado, el vicepresidente del gobierno y militar con el más alto cargo, se levantó y se enfrentó a Tejero pidiéndole el arma y como Mellado no se alteró en absoluto cuando este comenzó a disparar al techo con su arma.
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