martes, 23 de febrero de 2016

Incertidumbre del 23F

Mi madre recuerda bastante bien ese día, por ese momento apenas tenía 14 años y acababa de salir de Ólvega, donde vivían sus padres y sus dos hermanos pequeños, para venirse a la capital a cursar bachillerato. Como cualquier otra jornada normal, ella fue al instituto Castilla y a las 18.15 volvió al Colegio Menor Antonio Machado donde residía y compartía  instalaciones con otras 160 chicas.
Tras haber merendado tenían dos horas de estudio obligatorio, así que se dirigió a la sala que le correspondía. Poco después la directora irrumpió en la habitación y susurró algo a la persona que les cuidaba de tal modo que las residentes se quedaron sorprendidas ya que no sabían lo que estaba pasando, les mandó bajar rápidamente las persianas al mismo tiempo que les avisaban que no debían alborotarse. Durante esa noche todas se imaginaban mil y una historias que podrían suceder, pues no les permitían ver la tele y tampoco tenían radio para enterarse del verdadero acontecimiento. A la mañana siguiente cuando fueron al instituto no dudaron en preguntar qué era lo que había pasado, pero, como todavía eran pequeñas no entendían muy bien lo que significaba un golpe de estado así que cuando llegó la hora de historia le preguntaron a la profesora, ella les explicó que el teniente coronel Tejero había asaltado el Palacio de las Cortes junto con un grupo de guardias civiles en un intento de alzarse con el poder.

Ese fin de semana cuando regresó al pueblo recuerda haber comentado con los vecinos lo que había pasado y el miedo que tenían ya que no sabían con certeza lo que les depararía el futuro.

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