martes, 23 de febrero de 2016

23F



Hoy, día 23 de febrero de 2016, mis padres todavía recuerdan con lucidez aquel Golpe de Estado acaecido justo hace 35 años, de la mano del Teniente Coronel Antonio Tejero.
Mi padre, para entonces estudiante de segundo año de Medicina en la Universidad de Valladolid, se disponía a regresar a casa, tras sus clases diarias, cuando le pareció ver algo extraño siendo retransmitido por todas las televisiones de una tienda de televisores. Efectivamente, se estaba produciendo un Golpe de Estado. Aún recuerda el temor y la incertidumbre respirables en su casa. Al día siguiente, ya con el ambiente más calmado tras la intervención del rey Don Juan Carlos I, la situación fue el único tema tratado por todos. Para entonces, ya sospechaban que ese día quedaría grabado en sus memorias para siempre.
Mi madre, por su parte, no recuerda haber vivido momentos realmente tensos durante ese 23 de febrero de 1981. De hecho, su recuerdo es el de una tranquilidad inmensa y un gran orgullo tras escuchar el discurso del rey y observar la tranquilidad y buen temperamento con que Adolfo Suárez encaró el Golpe.
En definitiva, ambos recuerdan aquel día de forma diferente, aunque están de acuerdo en que, por suerte, todo se consiguió resolver de una manera óptima y efectiva.

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